Fuera de las ventanas están los Últimos Tiempos. Nos demos cuenta o no. Lo creamos o no lo creamos. Pero tendremos que entrar en el día de mañana y ver los frutos de nuestra elección. Y mientras jugamos al juego de "creo - no creo", sopesando las probabilidades en la balanza de la consciencia o continuamos frívolamente construyendo castillos de arena frente al oleaje, la amarga verdad es que nuestros hijos... no saben nada de esto.